Excluida violentamente la indiferencia
todo giraba en torno
al vientre sin razón y a las palabras sin sentido
de una mujer hecha para sí misma
y más desnuda que real
Contaba con un encanto más
que aquella de quien naciera
y que prometía
Acopiaba grandes maravillas
todos los misterios
en la luz desorbitada
bajo su enorme cabellera
bajo sus párpados caídos
Con voz sorda entrecortada de risas
ella y sus labios explicaban
la vida
de otros labios semejantes a los suyos
y buscaban entre ellos el gozo
cual semilla que el viento esparce
También la vida
de hombres que no le tienen apego
de mujeres de extrañas penas
que se maquillan para ocultarse
Y nadie comprendia con que delicias y certezas
la memoria futura la memoria desconocida
llevaría las de ganar a la esperanza
más que ésta de ordinario, como es habitual.
Paul Éluard
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