martes, 23 de marzo de 2010

El cuerpo y el yo

El juego de interrelacionarse entre lo que soy y como soy, es decir entre la materia y el yo, podríamos decir que constituye el eje entre el cuerpo y la persona.
La experiencia del propio cuerpo se da a partir de un sentir, de una percepción, de la fusión entre cuerpo y yo.
Contemplar nuestro cuerpo es contemplar el espacio, la materia que limita nuestra expansión en el universo y es donde se estructura la significación que nace del lenguaje, el cuerpo es el lugar de los significantes y de los sentidos donde se expande el yo o se concentra; el cuerpo es la puerta al entendimiento.
La forma en la que nos percibimos, como nos imaginamos, como percibimos nuestro cuerpo, nuestra capacidad de ubicarnos en el mundo, podría llamarse autorrepresentación; en suma seria nuestra forma de concebir nuestra identidad personal a partir de representaciones sociales que produce nuestra cultura pero al mismo tiempo, la forma como desde nuestras propias percepciones y reflexiones modificamos las representaciones de lo corporal.
Según una escritora hispana, Carmen Boullosa: “La construcción del yo de una mujer pasa sobre la simbolización del cuerpo, pero no se trata solo de una superficial preocupación por las apariencias, se trata del afán de crear una identidad y se refiere a la génesis de esta construcción en la imagen que nos devuelve el espejo, es decir el cuerpo como tal no basta, es necesario ver su reflejo, plantearse una relación especular con él y construir un yo, este yo proviene de lo que se nos devuelve"

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